La sangre del cordón umbilical normalmente se desechaba tras el nacimiento del bebé desde que se abrió la posibilidad de su empleo para la donación de sangre, ya que hace años se descubrió que contiene células madre sanguíneas, encargadas de la renovación de todas las células sanguíneas (glóbulos rojos, glóbulos blancos y plaquetas). En los años 90, empezaron a realizarse trasplantes de células madre del cordón umbilical a pacientes con enfermedades de médula ósea, obteniéndose evidentes éxitos terapéuticos.
En la actualidad, se realizan trasplantes con SCU, médula ósea o sangre periférica procedentes de un donante. Hasta hace unos años, se utilizaba exclusivamente la médula ósea para la realización de este tipo de trasplantes, tras incorporarse estas dos nuevas fuentes (SCU y sangre periférica), se habla en general de "trasplantes de progenitores hematopoyéticos".
En el caso del trasplante en niños o en casos urgentes en adultos, la sangre del cordón umbilical es la principal fuente empleada, incluso antes que la médula ósea completa. Esto se debe a que las complicaciones como la enfermedad de injerto contra huésped (EICH) son menores y la supervivencia global puede ser mayor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario