A pesar de ser altruista, la donación de sangre es un acto que no pueden realizar todas las personas aunque deseen hacerlo. En primer lugar, deben cumplir tres requisitos básicos.
- Tener entre 18 y 65 años.
- Estar sano.
- Pesar más de 50 kg.
Sin embargo, hay otras condiciones que también se deben cumplir, además de las anteriores:
- Tener una tensión arterial normal.
- No haber sufrido determinadas enfermedades infecciosas: hepatitis, VIH, paludismo, etc.
- No haber tenido cáncer.
- No estar tomando determinados fármacos
- No consumir drogas.
- Seguir hábitos de vida mínimamente saludables.
- No haberse realizado tatuajes o piercings en los cuatro meses previos.
- No haber sido sometido a intervenciones quirúrgicas o endoscopias en un periodo de tiempo.
- No haber sufrido ningún tipo de infección en las dos semanas previas.
- No estar tomando antibióticos u otros medicamentos.
- No haber recibido una transfusión de sangre.
- No haber sido sometido a un trasplante.
Para garantizar que se cumplen estas condiciones, antes de proceder a la extracción el personal sanitario realiza una entrevista al posible donante, en la que se indagará sobre su historial médico para asegurarse que no padece ninguna enfermedad que contraindique la donación o la simple extracción de sangre. Cabe destacar que todos los datos obtenidos en la entrevista son confidenciales.
A pesar de esto, las muestras de sangre obtenidas se someten a un análisis posterior con el fin de descartar que exista presencia de microorganismos causantes de enfermedades infecciosas que se puedan transmitir a través de la sangre.
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