Por otro lado, tenemos la donación de una parte de hígado.
Este tipo de donaciones también es muy común, pues este órgano es capaz de
degenerarse, de manera que con el tiempo volverá a crecer hasta alcanzar el
tamaño original y desempeñará también su función normal.
Aunque la donación de riñón e hígado son las más comunes,
también nos podemos encontrar con donaciones de pulmones, corazón, páncreas... así como de tejidos para trasplantes como
piel, médula ósea y células hematopoyéticas que fueron dañadas o destruidas por
enfermedades medicamentos o radiación.
A continuación, muestro un gráfico de creación propia en el cual se recoge el número de trasplantes en función del órgano y su distribuido por años de la Unión Europea.
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