Como ya sabemos, hay una política distinta para cada órgano. Después de comprobar la compatibilidad del grupo sanguíneo y del sistema HLA, y de haber realizado las pruebas cruzadas pertinentes, por cada órgano se tendrán en cuenta los siguientes criterios:
- Corazón: al sobrevivir fuera del cuerpo entre 4 y 6 horas se priorizará la cercanía a parte de tener muy en cuenta el tamaño del cuerpo, ya que el corazón donado debe caber dentro de la caja torácica del paciente receptor. Además de la toma de muestras de sangre y radiografías, se realizarán pruebas para asegurar la supervivencia del órgano. Estas pruebas valorarán principalmente la existencia de cánceres (que podrían invadir el nuevo órgano), fallos hepáticos o renales (que dificultarían el éxito del procedimiento) e infecciones.
- Pulmones: igual que en el caso del corazón, se priorizará la cercanía a parte de tener muy en cuenta el tamaño del cuerpo, ya que el pulmón donado debe caber dentro de la caja torácica del paciente receptor. Y también se realizarán pruebas para asegurar la supervivencia del órgano que valorarán principalmente la existencia de cánceres (que podrían invadir el nuevo órgano), fallos cárdiacos (que dificultarían el éxito del procedimiento) e infecciones.
- Hígado: debido a tener una mayor capacidad de supervivencia, de 12 a 15 horas, la máxima prioridad ya no será la cercanía si no la necesidad. Además cobra gran impotancia el peso corporal, especialmente cuando tratamos con un donante vivo del que sólo se puede extraer un lóbulo hepático, principalmente porque el ser demasiado pequeño podría suponer que fuese insuficiente. Se realizarán pruebas complementarias como colonoscopias, exámenes cutáneos, ECG...
- Riñones y páncreas: igual que en el caso del hígado, debido a tener una mayor capacidad de supervivencia la máxima prioridad ya no será la cercanía si no la necesidad. Y también se realizarán pruebas para asegurar la supervivencia del órgano que valorarán principalmente la existencia de cánceres, fallos cárdiacos e infecciones.
- Intestinos: se priorizará la cercanía a parte de tener muy en cuenta el tamaño del cuerpo, la mayoría de las veces, el donante debe tener un tamaño más pequeño para que el intestino entre sin problemas. En este tipo de trasplantes hay un alto riesgo de padecer infecciones de citomegalovirus (CMV) y virus de Epstein Barr (EBV), por ello se compatibilizan receptores y donantes que nunca hayan contraido CMV y los que nunca hayan tenido EBV. Además se realizarán pruebas funcionales hepáticas, estudios de coagulación, estudios de enfermedades infecciosas, tomografías, estudios de resonancia magnética, endoscopías, estudios de movilidad, colonoscopías...
Compatibilidad de donantes y beneficiarios
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