Los condrocitos son las células principales del tejido cartilaginoso, con función de sostén.
El trasplante de condrocitos consiste en el aislamiento de condrocitos sanos del propio paciente, es decir, autólogos, mediante una biopsia. Los condrocitos extraídos se cultivan en el laboratorio hasta que su proliferación alcanza unas cifras de varios millones de unidades.
Cuando se alcanza la cifra necesaria de células cartilaginosas de implantan en la zona dañada mediante una artroscopia, que es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva caracterizada por la introducción, mediante pequeñas incisiones, de una cámara (artroscopio). Además, se realiza una artrotomía para la extracción del cartílago dañado.
Este tipo de trasplante está indicado en cualquier lesión postraumática y en lesiones osteocondrales.
Sin embargo, en la artrosis, por lo general, está contraindicada porque el cartílago vuelve a destruirse tras la intervención. Además, tampoco se realiza en casos de lesiones de cartílago generalizadas, artritis reumatoide o bacteriana, inestabilidad de los ligamentos o inestabilidad de la ródula, en caso de trasplante en la articulación de la rodilla.
Trasplante de condrocitos: indicaciones y contraindicaciones
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