Podemos clasificar los trasplantes en 4 tipos en función de quién es el donante y la relación que tiene con el receptor. De esta manera distinguimos el auto trasplante, el iso trasplante o sintético, el alotrasplante y el xenotrasplante o heterotrasplante.
En el autotrasplante, el que cede los tejidos es el propio sujeto. Estos tejidos se extraen, se conservan y, tiempo más tarde, se vuelven a colocar. Un ejemplo muy claro es la conservación de semen antes de recibir quimioterapia agresiva que pudiese dañar los espermatozoides. También destaca la preservación de células de la médula (tejido hematopoyético). Como no hay diferencias entre el receptor y el donante, nunca hay problemas de rechazo.
En el isotrasplante o trasplante singénico participan dos sujetos, pero existe una similitud genética completa entre ellos, es decir, son gemelos univitelinos, por lo tanto, no habrá problemas de rechazo.
Por otro lado, tenemos el alotrasplante, en la cual el donante y el receptor son de la misma especie pero genéticamente distintos. En este caso, si no existe compatibilidad entre ellos, puede surgir el rechazo, de manera que es importante buscar la máxima compatibilidad y proporcionar fármacos inmunosupresores para evitar o frenar este rechazo. A este grupo pertenecen la gran mayoría de los trasplantes.
Por último, tenemos el xeno o heterotrasplante. Este tipo de trasplantes tiene lugar entre animales de distinta especia. Destaca el injerto a un humano válvulas en el corazón procedentes de cerdos o de terneras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario