Sabiendo que por trasplante nos referimos a la sustitución de un órgano o tejido (o incluso célula) dañado, bien sea enfermo o lesionado, por otro funcional, llegamos a la conclusión de que se trata de un procedimiento capaz de prolongar y mejorar la calidad de vida de aquellos que lo necesitan.
La donación de órganos es un acto completamente altruista que es importante valorar, y que mejor forma de hacerlo que informándonos sobre el tema.
Para empezar conviene mencionar qué órganos, tejidos y células pueden ser donados. Para hacer esta clasificación existirán dos grupos dependiendo de si el donante está vivo o fallecido.
- De un donante vivo se podrán obtener:
- Segmentos de pulmón
- Segmentos de hígado
- Un riñón
- Membrana amniótica
- Piel
- Hueso
- Médula ósea
- De un donante fallecido se podrá extraer:
- Ambos pulmones
- Hígado
- Corazón
- Páncreas
- Intestino
- Ambos riñones
- Válvulas cardíacas
- Córneas
- Piel
- Hueso
- Tendones
Averiguar si nuestros familiares son donantes es imprescindible, podemos salvar muchas vidas. Gracias a los datos del Servicio Gallego de Salud sabemos que los trasplantes más comunes son los de riñón, corazón e hígado; con una supervivencia media de 10, 13 y 17 años repectivamente. Y a través de datos obtenidos de esa misma fuente obtenemos esta gráfica de creación propia:
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